OBITUARIO |
El domingo 2 de octubre, fiesta de los Santos Ángeles Custodios, nuestra querida Maite hacía entrega de su alma al Señor. Ella, al igual que los ángeles custodios, hacía guardia diariamente justamente en la puerta de nuestro templo, siempre vigilante y atenta. Conocida y querida por todos, ella recibía las limosnas y atención de la feligresía.
Desde aquí rogamos una oración por el eterno descanso de su alma.
Que al dejar esta vida, salgan a tu encuentro la Virgen María y todos los ángeles y santos.
Que Cristo, que sufrió muerte de cruz por ti, te conceda la verdadera libertad.
Que Cristo, Hijo de Dios vivo, te aloje en su paraíso.
Que Cristo, buen pastor, te cuente entre sus queridas ovejas.
Que te perdone todos los pecados y te agregue al número de sus elegidos.
Que puedas contemplar cara a cara a tu Redentor y gozar de la visión de Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Dale Señor el descanso eterno y brille para ella la luz perpetua.
Descanse en paz. Amén
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